El pasado día 21 de junio se celebró el Día de la Música en toda Europa, siendo Blanca uno de los epicentros con mayor programación dentro de la Región de Murcia. Un gran trabajo de coordinación y esfuerzo por parte del equipo de gobierno del municipio y debido en gran medida al alcalde, Rafael Laorden Carrasco y a la concejala de cultura, Ester Hortelano Ortega. Sin olvidar, por supuesto, a los organizadores que han dado forma y orden al proyecto, el Instituto de Expresión Artística del Sudeste (IEAS) con Claudia Orellana y Tonny Serrano a la cabeza. Actividades culturales sin descanso con la música como pilar fundamental, una celebración para agradecer como se merece al arte de las musas, quizás una de las pocas cosas que siguen a día de hoy haciendo feliz a la gente. Tiene mérito el asunto.
En el municipio murciano de Blanca la cultura y el arte están dotados de una dimensión especial que les otorga vida propia. Frases de El Quijote dibujan los adoquines y el asfalto de las calles, grandes murales urbanos sorprenden a cada paso, las esculturas con forma humana se pasean por las aceras o te acompañan en las plazas y el rumor del río Segura dota a la zona de la magia necesaria para ser uno de los lugares con más encanto de Murcia. La apuesta cultural de Blanca es indiscutible y ojalá más ayuntamientos tuvieran entre sus principales intereses el de fomentar la cultura de la forma en que se hace en el municipio murciano.
La música no solamente se escucha, es necesario verla para apreciar de lleno todo el abanico de emociones que es capaz de ofrecerte. Por eso, el que te escribe intenta captar alguno de esos momentos cámara en mano fin de semana sí, fin de semana también. Por eso, cuando Claudia me llamó para ofrecerme participar en el Día de la Música en Blanca no me lo pensé ni un segundo. Una exposición fotográfica conjunta bajo el nombre de ‘Luz en el escenario’ en la Sala de Exposiciones Municipal Villa de Blanca acompañado de tres amigos fotógrafos, May Carrión, Fernando Crego y Víctor Vidal daba el pistoletazo de salida con la inauguración a las 19:00 horas. Bandas murcianas y escenarios murcianos sobre todo, con cuatro puntos de vista diferentes. Muy agradecido de poder formar parte de la familia musical murciana y de esta oportunidad tan bonita e inolvidable.
A continuación, el siguiente punto marcado en el itinerario nos llevaría a la Fundación Pedro Cano, dentro del edificio MUCAB, para disfrutar del recorrido por las bandas y personas más influyentes en la Murcia musical desde los 80 hasta la actualidad. Como no podía ser de otra forma, de la mano del periodista Jam Albarracín, quien vivió en primera persona los inicios del despertar murciano como parte del grupo Farmacia de Guardia. No faltaron las referencias a míticas bandas como Acequia, Los Fanáticos, Los Hurones, Los Anónimos, Los Marañones, M-Clan, Jota Casinello, Vacaciones y esa NOM (Nueva Ola Murciana) surgida en los 90 gracias al apoyo de los medios de comunicación. Tampoco faltaron los grupos más actuales como Second, Klaus & Kinski, Aarón Saez o la escena hip hop, representado por el colectivo Murcia Finest.
Ya estaba anocheciendo y el momento era especialmente bonito para ver en la terraza del MUCAB a unos invitados de lujo. El nuevo proyecto del gallego Pablo Novoa (Golpes Bajos, La Marabunta, Iván Ferreiro, Josele Santiago, Mastretta) junto al guitarrista de flamenco y jazz, el gaditano Nono García (Vaya con Dios, La Banda del Tío Paco, Chano Domínguez). Con Radio Pesquera, el diálogo que surge entre la guitarra eléctrica y la española es natural, apasionado, vivo, íntimo y asistimos a él en silencio sin querer perder una sola palabra de las que iban saliendo de las cuerdas de ambas guitarras. A esa conversación se unió en los bises la armónica del murciano Juan Blas Becerra (quien ha colaborado en el último disco de Seguridad Social, entre otras cosas) aportando color y un final digno del entorno.
A la llegada al Parque de las Cuevas, el escenario se confundía con la naturaleza, decorado con ramas de palmeras y hojas. Nos acercábamos a la medianoche y aprovechando la magia y el misterio que encierra el solsticio de verano, la propuesta ‘El akelarre musical‘ de El Bosco no dejó indiferente a nadie. Psicodelia, reggae, rock, folk, ska o experimental es lo que uno espera encontrarse sobre el escenario, pero lejos de etiquetas El Bosco es una experiencia vital y diferente que te mantiene atento todo el espectáculo. Tras los primeros temas, David Moretti invocó al semidios griego Pan y el macho cabrío apareció de la naturaleza sosteniendo un candelabro paseándose entre la atenta mirada de los allí presentes. A partir de aquel momento lo vivido fue un éxtasis de baile, como si Pan se hubiera apoderado de nuestros cuerpos y los manejara a su antojo.
Después de tan peculiar experiencia, aún nos quedaban ganas de subir a la parte alta de Blanca para explorar las callejuelas hasta el espacio artístico Centro Negra. Cuando llegas, es como encontrar un oasis cultural, más que nada por el esfuerzo de tanta escalera (pero merece la pena). Video proyecciones divertidas, las Calypso Girls poniendo la mejor música (sonó Farmacia de Guardia, Janet o The Excitements) y un ambiente envidiable en lo que parece ser la terraza de una casa particular llena de encanto.
Llegados a este punto solo me queda preguntarme ¿qué sería de nosotros sin la música? Te seguiremos celebrando en cada concierto, en cada fotografía, en cada cuerda pellizcada y en cada bocanada de aire.
Puedes las fotos en los siguientes álbumes: Radio Pesquera, Jam Albarracín y El Bosco.