Nos dejamos caer en la séptima edición de DCODE, junto a otras 25.000 personas en el campus universitario de la Universidad Complutense de Madrid.
Continuamos con un clásico entre los festivales del panorama indie nacional. Carlos Sadness, con su clásica melena al viento, perfectamente direccionada y ukelele en mano, no sorprendió, pero tampoco decepcionó. Su público, mayoritariamente femenino, con trenzas y purpurina, saltó cuando tenía que saltar, lloró cuando correspondía y tarareó en todo momento. Un concierto que plasma la conceptualización estelar, espacial y escapista a la que nos tiene acostumbrados. Temas íntimos, en clave de susurros que conectan con su público, como las estrellas se conectan en las constelaciones. ‘Amor Papaya’ o ‘Volcanes Dormidos’ fueron de los temas novedosos que añadió al set tradicional de La Idea Salvaje y Ciencias Celestes. Como anécdota, nos quedamos sin poder disfrutar de la versión de ‘Chicas’ junto a Varry Brava por
algunas interferencias de la comunicación entre el espacio y la tierra. En otra ocasión será.
Hay grupos que pasan de ser completos desconocidos a estar en boca de todos y ocupar el top de las listas de éxitos de más prestigio con una sola canción. Es el caso de Milky Chance y su pegadiza ‘Stolen Dance’. Tres años después, sigue sonando por todas partes, pero no les ha hecho detenerse y estancarse. Todo lo contrario. Con su último álbum, Blossom, han conseguido exprimir el potencial del roots y el reggae más rítmico, en composiciones de música entre el indie y la electrónica; menos lineales, y con la misma capacidad de transmitir buenas vibraciones entre el público.
Oasis. Fin de la introducción. Apenas son las 8 de la tarde y uno de los artistas más esperados hace aparición, primero bajando el telón con su nombre en tamaño gigante, haciendo sombra a su propio ego, y después, más tímidamente, casi ocultándose bajo la capucha de su sudadera. Liam Gallagher, es un icono, aunque su vuelta en solitario en 2017 ha sido bastante discreta. Su trayectoria le precede, y supo mantener las expectativas del público arriba, de forma ascendente, acabando con la esperada ‘Wonderwall‘, el hit del festival, sin discusión.
El concierto de Interpol fue un homenaje al 15 aniversario de ‘Turn On The Bright Lights’. Un disco con luz propia, con temas de gran profundidad como ‘Obstacle 1’ y ‘PDA’. También repasaron temas de otros álbumes de su discografía, como ‘Antics’, ‘Our Love to Admire’ o ‘El Pintor’.
Los escoceses Franz Ferdinand, liderados por Alex Kapranos, con nueva formación e incorporaciones continuaron con esta linea, en uno de los shows con más fuerza del festival. Take Me Out, reventó la complutense.
Pasamos a la parte más millennial del sonido rock del festival. The Kooks. Temas bailables con influencias del soul y la electrónica. Un conjunto de sus grandes éxitos con el que se cerraba el ciclo, dando paso a la oferta de grupos bailongos entre el indie y la electrónica.
De refilón llegamos a ver el final de YALL, el trío de Barcelona, que estaba poniendo patas abajo el campus de la complutense. Una completa locura audiovisual, reforzada por el apoyo de las cámaras que retransmitían en directo su actuación. Elyella, darían cierre, como nos tienen acostumbrados en numerosos festivales, al DCODE y al verano de 2017. Su set habitual, con fuegos artificiales, explosiones, bombas de humo, juegos de luces, y mucho amor por parte del Mono y Ella.
Gracias a DCODE por hacernos un poco más fácil la vuelta de las vacaciones. Esperamos que el año que viene tengamos un poco más de potencia en el sonido, para que sea redonda por completo.
Fotografías por Aida Cordero
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