DCode 2017: Who the fuck is Liam Gallagher?

Nos dejamos caer en la séptima edición de DCODE, junto a otras 25.000 personas en el campus universitario de la Universidad Complutense de Madrid.

Que mejor ambientación para comenzar con la actuación de la artista británica Charli XCX. Su sonido pop, junto a la estética de tonos rosas omnipresente en vestuario y escenografía, se vio envuelta por sonidos oscuros más propios del witch-house. Resultó ser ciertamente una de las propuestas más arriesgadas del festival, con una gran respuesta de público; entregado a bailar, corear y cantar canciones como su reciente single ‘Boys’, claro ejemplo de synth pop de carácter romántico, o temas más consagrados como ‘After the after party’ y ‘Love Gang’, llegando incluso a la atmósfera trap de ‘Dreamer’. Un combo de temas de su último disco ‘Number 1 Angel’, y recordatorios de LP’s anteriores como ‘Sucker’ y ‘True Romance’. En resumen, una puesta en escena que rompe las reglas, con una actitud propia de una teenager que vive en una burbuja de amores verdaderos, romances esporádicos, fiestas universitarias y despreocupación ante la vida.

Continuamos con un clásico entre los festivales del panorama indie nacional. Carlos Sadness, con su clásica melena al viento, perfectamente direccionada y ukelele en mano, no sorprendió, pero tampoco decepcionó. Su público, mayoritariamente femenino, con trenzas y purpurina, saltó cuando tenía que saltar, lloró cuando correspondía y tarareó en todo momento. Un concierto que plasma la conceptualización estelar, espacial y escapista a la que nos tiene acostumbrados. Temas íntimos, en clave de susurros que conectan con su público, como las estrellas se conectan en las constelaciones. ‘Amor Papaya’ o ‘Volcanes Dormidos’ fueron de los temas novedosos que añadió al set tradicional de La Idea Salvaje y Ciencias Celestes. Como anécdota, nos quedamos sin poder disfrutar de la versión de ‘Chicas’ junto a Varry Brava por

algunas interferencias de la comunicación entre el espacio y la tierra. En otra ocasión será.

Hay grupos que pasan de ser completos desconocidos a estar en boca de todos y ocupar el top de las listas de éxitos de más prestigio con una sola canción. Es el caso de Milky Chance y su pegadiza ‘Stolen Dance’. Tres años después, sigue sonando por todas partes, pero no les ha hecho detenerse y estancarse. Todo lo contrario. Con su último álbum, Blossom, han conseguido exprimir el potencial del roots y el reggae más rítmico, en composiciones de música entre el indie y la electrónica; menos lineales, y con la misma capacidad de transmitir buenas vibraciones entre el público.

Oasis. Fin de la introducción. Apenas son las 8 de la tarde y uno de los artistas más esperados hace aparición, primero bajando el telón con su nombre en tamaño gigante, haciendo sombra a su propio ego, y después, más tímidamente, casi ocultándose bajo la capucha de su sudadera. Liam Gallagher, es un icono, aunque su vuelta en solitario en 2017 ha sido bastante discreta. Su trayectoria le precede, y supo mantener las expectativas del público arriba, de forma ascendente, acabando con la esperada ‘Wonderwall‘, el hit del festival, sin discusión.

Aprovechamos para cenar y coger fuerzas antes del tridente internacional de Interpol, Franz Ferdinand y The Kooks. Les dejamos calentando la voz y afinando sus guitarras.

El concierto de Interpol fue un homenaje al 15 aniversario de ‘Turn On The Bright Lights’. Un disco con luz propia, con temas de gran profundidad como ‘Obstacle 1’ y ‘PDA’. También repasaron temas de otros álbumes de su discografía, como ‘Antics’, ‘Our Love to Admire’ o ‘El Pintor’.

Los escoceses Franz Ferdinand, liderados por Alex Kapranos, con nueva formación e incorporaciones continuaron con esta linea, en uno de los shows con más fuerza del festival. Take Me Out, reventó la complutense.

Pasamos a la parte más millennial del sonido rock del festival. The Kooks. Temas bailables con influencias del soul y la electrónica. Un conjunto de sus grandes éxitos con el que se cerraba el ciclo, dando paso a la oferta de grupos bailongos entre el indie y la electrónica.

Nos fuimos de ‘Safari Emocional’, y es que, tras su aparición en First Dates, nuestro grupo favorito Varry Brava no ve límites ni fronteras. Una combinación de descaro y hedonismo, con sonidos que transportan a esa época dorada de los años 80. Con un gran despliegue de sintetizadores que tienen un protagonismo considerable en el sonido, y los estribillos y letras pegadizas 100% tarareabas. Si sumamos la capa de profundidad que aportan los vientos, nos encontramos ante una de las instrumentaciones más completa. ‘Oh oui, oui’.
De refilón llegamos a ver el final de YALL, el trío de Barcelona, que estaba poniendo patas abajo el campus de la complutense. Una completa locura audiovisual, reforzada por el apoyo de las cámaras que retransmitían en directo su actuación. Elyella, darían cierre, como nos tienen acostumbrados en numerosos festivales, al DCODE y al verano de 2017. Su set habitual, con fuegos artificiales, explosiones, bombas de humo, juegos de luces, y mucho amor por parte del Mono y Ella.

Gracias a DCODE por hacernos un poco más fácil la vuelta de las vacaciones. Esperamos que el año que viene tengamos un poco más de potencia en el sonido, para que sea redonda por completo.

Fotografías por Aida Cordero

Diseñador gráfico y fotógrafo de El Backstage Mag en Madrid. Coolhunter de música electrónica, hip-hop y alternativa.
Posts relacionados
Deja un comentario

Este sitio utiliza sabrosas cookies.