Crónica @ 10º aniversario Low Festival 2018

Si bien es cierto que el cartel del 10º aniversario del Low Festival no presentaba espectaculares cabezas de cartel internacionales ni llamaba la atención por nombres épicos vende-entadas, también es muy cierto que la audiencia del festival de Benidorm es un público fiel que no falla. Lo que tampoco cojea (ni siquiera un poquito) es la organización. Algo que cuando todo va sobre ruedas parece que nadie sabe reconocer, pero que es de la mejor que vamos a encontrar en festival españoles sin duda. En datos ofrecidos por la organización, estuvieron celebrando el 10º aniversario hasta 83.000 festivalerxs y así lo vivimos nosotros.

Viernes 27

Iván Ferreiro y Phoenix supieron hacer las delicias de los asistentes en la primera jornada en el escenario Vibra Mahou. Dos apuestas seguras con las que siempre acertar. El gallego sedujo con temas como ‘El pensamiento circular’ o ‘Turnedo’ e hizo corear y rememorar a Los Piratas con el himno ‘Años 80’. Todo un clásico. Y los franceses Phoenix con su característico sonido embriagador conquistaron corazones y soltaron sus temazos así como si nada, ‘Entertainment’, ‘Lisztomania’ y ‘1901’. Siempre es bien ver como va creciendo y cogiendo forma un concierto de Phoenix. Acabaron con ‘Ti Amo’ con Tomas Mars cantando alzado por el público.

En el escenario Jägermusic me deje caer para comprobar que La Plata está en momento inmejorable tras la publicación de álbum debut, ‘Desorden’. Los jóvenes valencianos tienen garra, actitud y son divertidos. Ya me dejaron herido de amor en el Monkey Week 2017 y desde entonces son un ‘must have’ festivalero. Por este escenario también pasaron los murcianos Alien Tango repartiendo lovely songs. El planeta tralla sigue trayéndonos la mejor versión de los inclasificables temas de Alien Tango y siempre te dejarán sudando. Todo ello con apenas dos EP’s, pero no olvides su hiper vitaminado show con un frontman al borde de la ezquizofrenia que tiene al lado a un tío sentando en una silla que no hace nada durante todo el concierto. Bueno, nada, nada, tampoco. De vez en cuando contesta al móvil una llamada telefónonica, come patatas o se mira las uñas, todo ello mientras la banda está tocando las canciones. En el próximo festival que los veas en el cartel, no dudes en vivir la experiencia Alien Tango.

Mientras tanto, el escenario Matusalem lo pusieron patas arriba León Benavente y Belako. Belako siempre es uno de nuestros grupos imperdibles, sea el festival que sea. El Low no iba a ser menos. Los vascos siguen presentando su último disco ‘Render Me Numb, Trivial Violence’ y empezar el concierto con ‘Lungs’ es una buena declaración de intenciones de por donde va a ir su show. Solo puede crecer y crecer. Y así fue guitarrazo tras guitarrazo, siguieron ‘Nomad’, ‘Fire Alarm’, ‘Mum’ (mi favorita), ‘Sea of Confusion’ y ‘Haunted House’. Tras Belako fue el momento para acabar la primera jornada del Low, noqueado y flipado.

La visión de Aida Cordero

Había ganas de Low festival, por celebrar #TheBigLow con una familia que ya siento como propia (qué equipazo humano tiene este festival) y porque el inicio estaba marcado por la pinchada en la piscina del Dúo Monterrosa, a quienes tenía muchas ganas de ver desde que nacieron, hace apenas dos meses. Un set glorioso, ideal para bailar en la piscina, inaugurar el festival y mis vacaciones veraniegas. Gala, Camela, Aitana y Ana War, Battiato… sonaron en la selección de fantasía que hicieron. El punto culminante fue la interpretación en directo de su tema, ‘Parálisis’, y el estreno de otro nuevo del que no recuerdo el nombre… lo siento, había barra libre de cerveza en la piscina.

Monterrosa me extasiaron tanto que no me acordé de que quería ver a La bien querida… así que se me pasó la hora, pero pude llegar a tiempo de ver a mi queridos León Benavente quienes derrocharon energía y potencia, con rabiosos guitarreos que, en ocasiones, sonaban algo desacompasados y empastados, no se si quizás mi emplazamiento para ver el concierto no era el más adecuado.

He de reconocer que no soy fiel seguidora de Phoenix, pero la elegancia y el virtuosismo que derrocharon en su concierto del festival me cautivaron, ojalá ver más músicos de esa talla, esto sí que fue digno del décimo aniversario.

Sábado 28

Este día estaba claro con quien iba a empezar. Desde que vi anunciado a Vintage Trouble en el cartel del Low estaba contando los días para verlos en directo, porque tenía el convencimiento de que iba a ser un concierto a la altura. Blues, soul, pero sobre todo mucho rock añejo y una banda de infarto capitaneada por Ty Taylor, un frontman que no para de regalar momento épicos sobre el escenario y bajo el. Corre, salta, se sube a los altavoces, se baja entre el público varias veces, hace el pino sobre la tarima de la batería, ahora unos pocos equilibrios sobre el pie de micro, se dobla, vuelve a saltar. Joder, lo estoy recordando y se me ponen los pelos de punta (real). La cosa es que todos estos malabarismos los hace durante todo el show y los hace sin desafinar ni un poco. Parece magia. Una de las sorpresas más gratificantes de este Low Festival 2018. Una pasada total.

El rock no acabaría aquí, ahora en una versión más dura y actual con la actuación super brutal de los escoceses Biffy Clyro. Nadie se quiso perder uno de los platos fuertes de la noche. El trío formado por  Simon Neil, James Johnston y Ben Johnston desató la locura con temas como ‘Bubbles’, ‘Re-arrange’, el himno ‘Mountains’ o las grandiosas ‘Many Of Horror’ y ‘Stingin’ Belle’ con las que acabaron el concierto. La potencia rock sin artificios ni fuegos artificiales, solo música. Estos tíos son muy grandes.

No se me hizo tarde para llegar a la verbena tropical que iban a ofrecer Novedades Carminha. El cancaneo gallego es altamente molón y sexy y ya congregaba a miles de personas en el escenario Matusalem. Simplemente estaba cantando sus canciones y bailando, poco más que añadir. Hasta los coros son pegadizos. ‘Te quiero igual’, ‘Verbena’, De vuelta de todo’, ‘Que Dios reparta fuerte’… Fan.

Tampoco quise perderme el electropop de la chilena Javiera Mena. Siempre un acierto para bailar sin dejar de lado la elegancia ‘Otra Era’, ‘Dentro de Tí’, ‘Espada’, ‘La Joya’… Una gran mayoría de sus hits suman millones de escuchas en Spotify y Youtube. Su show está a la altura, con baterista y bajista, y ella a los mandos de los sintes. También acompañada de dos bailarinas que hace mucho más visual la propuesta.

La visión de Aida Cordero

El sábado comencé con Los Planetas, ya les había disfrutado en el Tomavistas pero esta vez, sin cámara en mano, fue más intenso. ‘Islamabad’ se ha convertido en la apertura perfecta para crear la atmósfera adecuada para disfrutar de los granadinos. Los Planetas son imprevisibles, muy poco lineales y eso les hace especiales. Lo que quiero decir es que no hay un concierto igual. En Benidorm repasaron su último disco pero nos dejaron disfrutar a los nostálgicos de ‘Corrientes circulares en el tiempo’, ‘Segundo premio’, la poco frecuentada en directos ‘Toxicosmos’ o ‘Alegrías del incendio’ para cerrar.

Por fin llegó el turno de Javiera Mena, a quien tenía muchas ganas de ver tras el fallo técnico de su concierto en el Tomavistas. Esta vez sí le funcionó todo e ‘Intuición’, aunque sin la cantante de Bomba Estéreo, sonó fuerte en el escenario Matusalem. Repasó muchos de sus éxitos pero eché en falta ‘Otra era’, que me sigue pareciendo uno de sus mejor temas bailables, perfectos para cualquier directo, y más para un directo festivalero.

El cambio de tercio fue brutal, pasé del indie pop bailable a la electrónica británica de los Chemical Brothers. La última vez que les vi, en Madrid, me habían dejado un sabor agridulce, no por ellos, sino por la panda de energúmenos que decidieron comprar una entrada para molestar a quienes queríamos ver el concierto… en fin, esta gente nunca pasará de moda, desafortunadamente. Mucha más suerte tuve en este concierto, en donde los de Bristol estuvieron pletóricos, finos, acertados en sus transiciones entre tema y tema, y, como no, con unos audiovisuales increíbles, que enfatizaban lo musical, sin olvidar la presencia de dos inmensos robots que ocuparon casi todo el escenario, para deleite de los espectadores.

Domingo 29

La tarde de la última jornada empezó con sabor remember gracias al concierto de Santiago Auserón. El que fuera vocalista de Radio Futura y Juan Perro ofreció un buen concierto vespertino junto a la banda mallorquina Sexy Sadie. No faltaron grandes himnos de la Movida madrileña como ‘Escuela de Calor’, ‘La Negra Flor’ o ‘Veneno en la Piel’.

La bienvenida a la noche la dieron los murcianos Perro. Sonaron realmente bien, hubo pogos, baile, un poquito de Murcia Soterrada, calor y sudor, pero también hubo lugar para las ‘canciones propias’ de la banda y para el doble stage diving de Aarón (cómo lo gusta, y cómo nos gusta). Una experiencia religiosa siempre bien recibida.

Perro © Aida Cordero @ Low Festival 2018

Una noche de contrastes la del domingo en el Low ya que fuimos testigos de la veteranía en los escenarios de Santiago Auserón y pasamos a la rabiosa juventud y desenfado de los murcianos Poolshake. Repartieron su sensual and smooth pop desde el escenario Jägermusic. No solo brilló su purpurina, sino sus hipnóticos temas como ‘Golden Smoothie’ ‘Pales Trees’ o ‘Seventies Sugar Dream’. Estamos in love with us.

Izal llenó el campo de fútbol del escenario Vibra Mahou. Una de las bandas nacionales como mayor repercusión de los últimos tiempos. Su setlist es el mejor argumento que tienen y las canciones hablan por sí solas. Te pueden gustar cero, pero es innegable que suena de miedo y es una gozada ver trabajar esa máquina perfectamente engrasada que es Izal.

¡Qué ganas tenía de volver a ver en directo a La M.O.D.A.! ¿Puede ser qué hayan mejorado exponencialmente su directo? No se si fue esto o que les tenía muchas ganas. La cosa es que lo gocé especialmente con su concierto en el escenario Matusalem. Los burgaleses son todo amor y supieron entregarlos a las miles de personas que se acercaron a llenar bastante este otro campo de fútbol. Todos bien uniformaditos con sus camisetas de tirantes blancas y en posición hicieron un recorrido por sus mejores canciones, así como por las del nuevo disco, que aún están presentando, ‘Salvavida (de las Balas Perdidas)’.

Acabé con Kakkmaddafakka bailando ‘un poco’ y tal. Los noruegos más españoles liaron una buena fiesta del desenfreno y el baile. Siempre una apuesta ganadora. Punto y final para el 10º aniversario del Low Festival y que ¡brindemos por muchas décadas más!

La visión de Aida Cordero

El último día fue muy intenso, no solo por arrastras el cansancio (y el calor húmedo) de los días anteriores, sino por todo lo que me esperaba. Mientras entraba el recinto pude escuchar parte del concierto especial de Santiago Auserón y Sexy Sadie. Los temas que mi madre me ponía en mi infancia sonaban de lejos, y yo tuve mi momento de retorno a los años mozos. He sido mucho más fan de Radio Futura que de Sexy Sadie, he de reconocerlo, por eso me emocioné al escuchar ‘Escuela de calor’, ‘Annabel Lee’ o ‘La estatua del jardín botánico’.

Perro ya son de la familia, y a la familia hay que ir a verla. No tengo nada contra Izal, pero me provocan mucha más satisfacción intelectual y disfrute musical los Perro. El domingo tenía mi photopass y pude jugarme la vida para hacer unas fotos del megapogo, y de los visuales de Héctor de la Puente (me debes medio sándwich). Me divirtieron mucho, sobre todo ahora que han recuperado ‘Catán’, mi canción favorita de lejos.

Y llegó el momento especial, la razón por la que pedí el photopass: Fotografiar a mis amadérrimas Chillers, este grupo que con un solo tema propio, ‘Siempre juntas’ (una oda al amor y a la carretera de Valencia), han logrado llenar uno de los escenarios grandes del festival. Unas 10.000 personas estuvieron saltando con sus versiones de Camela, La oreja de Van Gogh, Mónica Naranjo, Paradisio… una locura total, ejemplo perfecto de que el talento artístico se tiene o no, luego está la habilidad musical, que esa sí se aprende y se mejora con la práctica, pero el alma la tienes que tener, y ellas la tienen. Y no se nota nada mi amor por ellas… 

Y con ese subidón de adrenalina fue imposible irme a dormir inmediatamente, menos mal que un último bañito en la piscina consiguió relajarme para poder conciliar el sueño.

Texto por Diego Garnés y Aida Cordero

and Periodista y fotógrafo. Dirijo El Backstage Mag. Hago fotografías en conciertos todas las semanas. Escribo y hablo de música 24/7. Me gusta el skateboard y tengo muchas redes sociales.
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