El B-Side Festival volvió en su 19ª edición a Molina de Segura el pasado 14 de septiembre con una programación musical que prometía ser inolvidable. Amaral e Iván Ferreiro, dos de los nombres más emblemáticos del panorama musical español, encabezaron el cartel, mientras que Samuraï, Cala Vento, Siloé y Serial Killerz también añadieron su energía al evento.
Sin embargo, esta edición dejó una mezcla de impresiones. La alegría por la calidad musical de los grupos (fan de Cala Vento y Siloé desde sus inicios), pero también echando en falta un gran cabeza de cartel internacional, como en las primeras ediciones del festival.
La primera nota destacable fue la ligera disminución en la asistencia comparada con el año anterior. Este cambio se reflejó en un ambiente más relajado en general, lo que permitió una experiencia más cómoda en términos de colas en la barra.
Sin embargo, la organización del festival no estuvo exenta de desafíos. Los baños, un punto crítico en muchos eventos, demostraron ser un área problemática. Las largas colas y la falta de instalaciones adecuadas llevaron a una situación insostenible para las mujeres, quienes terminaron utilizando los baños de chicos como solución temporal. Finalmente, la organización se vio obligada a habilitar los baños también de hombres para chicas, una medida que, aunque tardía, alivió algo la situación.
Otro aspecto que generó comentarios fue el precio de las consumiciones. Los vasos, que costaban 2€, eran solo una muestra de una política de precios que muchos encontraron desproporcionada.
Conciertos para todos los gustos
El festival comenzó con la energía vibrante de Samuraï, que atrajo a los primeros asistentes con su mezcla ecléctica de sonidos. A medida que avanzaba la tarde, Cala Vento subió al escenario, ofreciendo su característico indie rock que, sin duda, hizo las delicias de sus seguidores. El dúo catalán cada vez suena mejor y demostrando que solo dos personas meten increíble tralla. El público mostró un entusiasmo contagioso, destacando por su pasión y entrega cantando los temas.
Pero el verdadero clímax de la noche llegó con los cabezas de cartel: Amaral e Iván Ferreiro. Amaral, con su potente presencia en el escenario, hizo que los asistentes se sumergieran en un mar de nostalgia y emoción. La banda, con su característico sonido que ha marcado a generaciones, ofreció un espectáculo que muchos describieron como una clase maestra de cómo se hace rock en español. Tres generaciones cantando al unísono temazos inmortales como ‘Días de Verano’, ‘Revolución’ o ‘Sin ti no soy nada’.
Iván Ferreiro, por su parte, cerró la noche con un set lleno de personalidad y profundidad. Su habilidad para conectar con el público a través de letras introspectivas y una puesta en escena dinámica no decepcionó, dejando a los asistentes con una sensación de haber vivido una experiencia única. Y sin dejarse su larga lista de hits, como ‘Años 80’ o ‘Turnedo’, entre otros.
Uno de los momentos más esperados llegó con Siloé, cuya actuación cargada de emotividad y talento demostró que, aunque la afluencia era menor, la calidad del espectáculo se mantenía a un nivel altísimo. El inicio con Fito entre el público cantando «La Verdad» fue simplemente mágico. La respuesta del público fue cálida y sincera, evidenciando que la conexión entre los artistas y los asistentes seguía siendo fuerte.
A pesar de estos inconvenientes, el B-Side Festival 2024 demostró que sigue siendo un evento esencial en el calendario musical de la región. La calidad de los artistas y el ambiente general contribuyeron a que la experiencia, aunque con sus altibajos, se mantuviera en la memoria de todos los presentes.